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¿Qué estamos diciendo cuando decimos que se ha ido el mejor de la Historia?

Día III d.M. (después de Morante) Morante se ha ido. A estas alturas, dudo que haya alguien en toda España - sea o no taurino - que no se haya enterado. Se fue hace cuatro días, pero hasta hoy no he tenido lo que hay que tener para sentarme delante del ordenador a escribir. Más vale tarde que nunca, supongo. Debo aclarar antes de empezar, que si alguien se espera una catarata de poemas, lamentos, llantos y elogios emotivos, lo mejor que puede hacer es dejar de leerme. Siento decir que para eso no valgo. Mi intención con este artículo es reflexionar acerca de porqué Morante es el mejor de la Historia, porque todo tiene su explicación, y si decimos que Morante es el mejor, es por algo. Morante es el mejor torero de la Historia, o el más completo, o cómo quieran llamarlo, por una sencilla aunque fundamental razón: porque ha reunido en su Tauromaquia lo mejor de cada uno de los mejores. La Tauromaquia de Morante de la Puebla, podríamos decir, es la crème de la crème .  Si hacemos un re...
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Juan Zamora: El descubrimiento de la temporada llega en septiembre

Cristian Pedrosa “El Mini” y Juan Zamora abrieron la Puerta Grande de la portátil de Diezma en la segunda novillada del circuito de la Diputación de Granada. Pablo Hernández y Gustavo Martos cortan una oreja, Rafael Fandila fue ovacionado tras marrar con los aceros una faena raza y Armando Bustos estuvo sin opciones ante una mala bestia. Les mentiría si les dijera que conocía a Juan Zamora antes de verlo torear en Diezma, ya que lo cierto es que ha sido esta misma tarde en la que he tenido el gusto de verlo torear. Y digo gusto, porque descubrir a este novillero de la ET. de Albacete ha sido un auténtico regalo. Desde que cogió el capote se le veían cosas, no sé cómo explicarlo, pero se le veía un andar, un ver al novillo… algo diferente. No pudo torearlo bien de capote, dejando únicamente una verónica y media. Tras un quite por tafalleras de Armando Bustos, brindó al público e inició la que fue la mejor faena de la tarde: una faena con gusto, con clase y demostrando que es un novill...

Sevilla huele a Sevilla: a Romero… y a vapper

No sé qué pensará el aficionado sevillano de toda la vida, el que lleva años yendo a la Maestranza, el que se conoce de memoria sus arcos, el que vio triunfar a Curro, a los Vázquez, a Espartaco… No lo sé, pero me encantaría que alguno de esos aficionados me explicara qué siente al entrar a su plaza - plaza en la que yo me siento poco menos que un extranjero, magníficamente tratado, pero extranjero a fin de cuentas -, sentarse en su localidad, respirar… y oler a humo de vapper . Quizás un fumador como yo sea la voz menos autorizada para hablar, pero notar en una plaza como la Maestranza el mismo olor que en una discoteca a las cuatro de la mañana, desagrada. Y también indica mucho del tipo de público que va a la plaza: un público que jaleó una primeras faena de Miranda muy inferior a la segunda; que no se percató de lo que hizo Aguado ante el peor lote de la tarde, y que entendió - por suerte, solo faltaba… - que Ortega había pinchado una faena de dos orejas. Sin duda - fanatismos apar...

Infumable. La palabra es infumable

Los novillos, mal; las novilleras, igual; el palco, peor, y las cuadrillas, mejor que no hubieran venido. El caldo perfecto para entrar a una plaza, ya de por sí con pocas ganas, y salir siendo antitaurino. Lo mejor de la tarde, la vaquilla. Sobre la necesidad de dar un festival sin picadores con novilleras que ya han debutado con caballos, en un pueblo que tradicionalmente celebra dos novilladas con jóvenes de las escuelas también se podría hablar bastante. Más aún visto el catastrófico resultado del festival, pero bueno, para qué entrar en más críticas, si con lo visto en el festival ya hay más que de sobra. Con el cuarto y último novillo vimos lo “mejor” de la tarde, muy entrecomillado eso, ya que lo único que se vio fueron dos verónicas, dentro de un recibo de capote en el que Miriam Cabas fue incapaz de quedarse quieta, y dos series por el pitón derecho. Nada más. El resto de la lidia, igual de ridículo que todo lo que se vio el resto de tarde: una incesante lluvia de capotazos p...

Jerez me trae la reconciliación con Bombita

El sevillano firmó lo mejor de la tarde frente al cuarto novillo, al que le cortó las orejas y el rabo al compás de La Puerta Grande , en una tarde en la que Pablo Hernández desorejó al abreplaza. A la verónica recibió Bombita al cuarto y último novillo de la tarde - muy bien presentado y ovacionado de salida -, y por el mismo palo hizo Pablo Hernández un quite algo deslucido. Tras un tercio de banderillas bastante flojo, le brindó el sevillano la faena al director de la banda de música municipal.  Largo y tendido hablé de Bombita en la crónica de la Final de las Novilladas de Villacarrillo, una crónica que tuvo más alcance del esperado y en la que no fui excesivamente “favorable” con él, puesto que no me gustó casi nada de lo que le vi. Pues bien, hoy debo igualmente ser objetivo y hablar de lo que he visto, y lo que he visto sella mi “reconciliación” con Javier.  Una faena de mando, de entrega y de un valor absoluto, sin perder en ningún momento el gusto y el concepto tan ...

Bombita vence, Quintana convence

Hoy podría hablarles de varios artículos del Reglamento Taurino de Andalucía que se incumplieron en Villacarrillo; podría hablarles de cómo a absolutamente nadie le sorprendió el resultado final del Circuito de Novilladas, pues el ganador se sabía desde que se presentó el mismo allá por mayo; o de cómo prácticamente toda la plaza de la localidad jienense lanzó toda clase de calificativos y gritos de “dimisión” , “corrupto” o “sinvergüenza” al director de la Asociación de Escuelas Taurinas de Andalucía. Ah, y también podría hablarles de cómo, a las afueras de la plaza, una muchedumbre gritaba “Lolo Quintana” ante los ojos de quien ha ganado el Circuito. Les podría hablar de todo eso y relatárselo con todo lujo de detalles, pero como si lo hago, se me va a olvidar hacer la crónica propiamente dicha de la novillada, voy a limitarme a relatarles - o al menos a intentarlo - cómo fue la consagración de Manuel Quintana (cuatro orejas) como figurón del escalafón de novilleros, en una tarde en ...

240 kilómetros, un puñado de verónicas y dos orejas

¿Cómo es eso? ¿240 kilómetros, con un camino de vuelta de noche y lloviendo sólo por ver una novillada sin picadores? No hombre, claro que no; por una novillada no, por ver a Quintana. Pues nada, que mi padre no lo entiende, pero qué le vamos a hacer. Ser partidario es esto, supongo, y tampoco se me ocurre otra cosa mejor que hacer un miércoles de agosto que ir a los toros. El verano está para ver toros, que no les engañen. Pero bueno, fanatismos aparte - aunque me cueste en estos casos - lo mejor de la segunda de las novilladas celebradas en Castellar (Jaén), lo protagonizó - como ya, creo, se han podido imaginar - Manuel Quintana con el quinto de la tarde, uno de los dos remiendos de Martín Carrasco que venían a completar la novillada de La Quinta. Desde que salió el novillo al ruedo, se sabía que era el mejor de los que se habían visto hasta el momento - difícil, lo que se dice difícil, tampoco es que lo fuera -, de mejor presentación, acorde a una novillada sin picadore...