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Bombita vence, Quintana convence




Hoy podría hablarles de varios artículos del Reglamento Taurino de Andalucía que se incumplieron en Villacarrillo; podría hablarles de cómo a absolutamente nadie le sorprendió el resultado final del Circuito de Novilladas, pues el ganador se sabía desde que se presentó el mismo allá por mayo; o de cómo prácticamente toda la plaza de la localidad jienense lanzó toda clase de calificativos y gritos de “dimisión”, “corrupto” o “sinvergüenza” al director de la Asociación de Escuelas Taurinas de Andalucía. Ah, y también podría hablarles de cómo, a las afueras de la plaza, una muchedumbre gritaba “Lolo Quintana” ante los ojos de quien ha ganado el Circuito. Les podría hablar de todo eso y relatárselo con todo lujo de detalles, pero como si lo hago, se me va a olvidar hacer la crónica propiamente dicha de la novillada, voy a limitarme a relatarles - o al menos a intentarlo - cómo fue la consagración de Manuel Quintana (cuatro orejas) como figurón del escalafón de novilleros, en una tarde en la Javier Torres Bombita (cuatro orejas) logró alzarse como vencedor del Ciclo de Novilladas, Isaac Galvín (tres orejas) rayó una interesante dimensión ante el lote más deslucido de la tarde, y David Gutiérrez emborronó con la espada dos faenas que habrían podido ser de premio grande (oreja y oreja).


Abrió la tarde un novillo muy bien presentado - la tónica general de la novillada, por cierto - con el que se gustó Manuel Quintana a la verónica e Isaac Galvín por chicuelinas en su turno de quites. Tras un complicado tercio de banderillas, comenzó el de Córdoba una faena de muleta por abajo, ante un novillo que necesitaba, sobre todo, de temple. Pues ni media palabra más: series en redondo templando y exponiendo, y gustándose una barbaridad al natural, arrimándose y manchándose el inmaculado traje completamente blanco. Dándole distancia al novillo y entendiéndolo en todo momento. Tras torearlo por el izquierdo, volvió de nuevo al pitón derecho, para dejar otro par de series de remate a una faena de entrega absoluta. Estocada algo tendida y dos orejas.


Algo más deslucido fue de salida el segundo, con el que no pudo lucirse apenas en el recibo de capa Isaac Galvín; sí pudo hacerlo Bombita en un quite por chicuelinas y nuevamente Galvín, por el mismo palo, en su turno de réplica. Ya en la faena de muleta, hizo el novillo un par de extraños que hacían ver que cojeaba ligeramente de la pata trasera izquierda, y que deslucieron demasiado la faena. Aún así, el gaditano se lo sacó absolutamente todo a un novillo que, si bien no era malo, no ponía las cosas fáciles. Ya en el final de faena, hay que destacar una tanda por el derecho cumbre, otra con circulares invertidos, y un epílogo por manoletinas que sirvieron para terminar de calentar a un público que, tras un estocada entera, pidió las dos orejas, en mi humilde opinión, algo excesiva la segunda, pero no fue, ni mucho menos, el mayor de los excesos que se vieron. Aún quedaba tarde, y seis novillos.


En los mismos medios de la plaza toreó a la verónica Javier Torres Bombita al tercero de la tarde, enfundado en un traje purísima y oro que era un auténtico tacazo. Tras un muy buen tercio de banderillas, ya en el inicio de faena, que comenzó por bajo el sevillano, se cayó el novillo. A partir de ahí, lo intentó Bombita de todas las formas ante un novillo que perdía fuerzas por momentos y que en distintas ocasiones, volvió a caerse. Todo ello, por cierto, bajo la dirección de D. Eduardo Ordóñez, presidente de la Asociación Andaluza de Escuelas Taurinas - es decir, al que se le supone cierta “imparcialidad” - que prácticamente ejerció de apoderado guiando al sevillano e indicándole qué hacer en cada momento.

Imparcialidad, claro que sí.

Por cierto, se volvieron a ver llamadas del Presidente de la Asociación al Presidente del Festejo tras las dos orejas de Quintana al primero de la tarde. Desconozco si en la retransmisión de Canal Sur se vería este “detalle”, pero si alguien quiere una prueba gráfica, solo tiene que pedírmela.

Pero volviendo a la faena, dejó Bombita adornos con mucho gusto, cambios de mano, remates, cartuchos de pescao que recordaron a recientes los de Pablo Aguado en Cuenca o Almería… pero poco más, pues el novillo no admitía el toreo fundamental y ya en las últimas series se limitaba a pasar por la muleta trotando en lugar de embestir. Tras un pinchazo y una estocada entera, paseó el sevillano las dos orejas, algo excesiva la segunda, debido al mencionado pinchazo y a que la faena careció, como ya he dicho, de toreo fundamental.


Al castaño cuarto lo recibió el alumno de la Escuela de la Diputación de Badajoz, David Gutiérrez con dos largas y un buen manojo de verónicas, mismo palo por el que intentó gustarse Manuel Quintana en el quite, que pudo únicamente dejar dos medias al dificultárselo el novillo. Tras brindarle el novillo al resto de compañeros de cartel - magnífico gesto, por cierto - comenzó una faena que, de haberse culminado con una estocada certera, habría sido premiada con el rabo, pues tuvo de todo: series muy rotundas por ambos pitones, adornos y molinetes más que notables, cambios de mano… y todo ante un novillo que no paraba de embestir y que debería haber sido premiado con la vuelta al ruedo. Dejó el extremeño una estocada que hizo guardia, una entera poco efectiva y dos descabellos, y se cobró una oreja tras escuchar un aviso.

Desde que tengo uso de razón y conocimiento taurino, recuerdo que una estocada que hace guardia era sinónimo de perder toda posibilidad de trofeo, pero qué sé yo.


Dos chicuelinas y un ramillete de verónicas. No hizo falta más para que Manuel Quintana recibiera al segundo de lote, Lunares de nombre. Hizo algún que otro extraño en el tercio de banderillas que podía presagiar que tuviera el novillo una pequeña dificultad en la visión, pero algo tuvo que verle Quintana para brindarle el novillo al público, un novillo que, de primeras, no decía gran cosa, pero que a base de temple fue nuevamente respondiendo hasta llegar a dejar embestidas interesantes. Un par de series por el derecho tras el inicio y otra al natural, y aquello no había manera de cuajarlo. Cuando parecía que la faena había acabado y se iba a ir el torero a por el estoque, se echó la muleta a la derecha y dejó tres tandas de cartel, y otra por el izquierdo que fue más de la misma clase. Tras un final por el derecho y con remates por bajo, dejó un pinchazo en todo lo alto y una estocada entera con la que cortó la tercera y la cuarta oreja de su tarde.


El segundo novillo de Isaac Galvín dio, nada más salir de toriles prácticamente, una voltereta que lo dejó completamente cojo, y como al parecer, esto lo vio todo el mundo menos el presidente, tuvo el de San Fernando que ponerse delante de un animal que cada vez embestía peor. También se puso delante Bombita, que realizó un quite por garberas con medio capote muy interesante. Aún a pesar de la más que evidente lesión del novillo, la actitud del novillero - con una pésima suerte en su lote - fue otra vez más que destacable, aunque la faena no llegó a calar en los tendidos. Tras un pinchazo hondo (y una charcutería con la puntilla) pidió el público las dos orejas ¿por qué? No me lo pregunten, porque no tengo ni idea. Por suerte, aguantó la petición del presidente, que se llevó una sonada bronca tras conceder únicamente la primera de ellas.


Con dos faroles bastante lucidos y una serie de verónicas más que interesantes, recibió Bombita al séptimo, algo más bajo que el resto de la novillada pero igualmente magníficamente presentado, y después de un muy buen tercio de banderillas, comenzó un auténtico despropósito de faena. Pidió una silla el novillero y se dejó la montera calada - Moranterías, dijo alguien un par de filas detrás mía - pero el inicio de faena careció de sentido alguno, ya que tras el primer muletazo, se levantó el novillero, cogió la silla con la izquierda mientras toreaba con la derecha, dio un par de pases, se volvió a sentar, otro muletazo sentado y de nuevo otro par de pases de pie con la silla en la mano… Magnífica idea la de la silla, pero la ejecución dejaba bastante que desear. Tras esto, comenzó a torear directamente al natural con la montera calada, y sí, es cierto que la imagen de un torero con la montera, dejando adornos tan sevillanos, gusta, pero la faena no terminó de calar en los tendidos ya que vimos una sucesión de muletazos en los que el novillo pasaba por la muleta, y el novillero pues, ahí estaba, en medio. Únicamente ponía la muleta, pero el temple brillaba por su ausencia.Y repito, la faena no caló en el tendido, no se le cantaron los muletazos ni se escucharon prácticamente óles - o olés, según cada uno - pero tras una estocada entera, esa misma gente que no había estado metida en la faena en ningún momento, le pidió el rabo. De verdad que yo cada vez entiendo menos de esto. Gracias a Dios, el despropósito acabó “sólamente” con la concesión de las dos orejas.


Y ya con luz artificial salió el último novillo de la tarde, algo más toro que el resto de la novillada, con el que no pudo gustarse David Gutiérrez en el recibo, aunque sí lo hizo en un quite con el capote a la espalda tras otro a la verónica de Manuel Quintana. Lo brindo al público y comenzó una faena templada, con mucho gusto y entendiendo perfectamente al novillo que tenía delante, dejando series por el pitón derecho tragándole una barbaridad al animal. Y cuando todo parecía que la faena era una especia de “recopilación” de toreo clásico y de buen gusto, en un arrimoncito final por luquesinas, le pegó el novillo una voltereta que, por suerte, no tuvo consecuencias a pesar de lo aparatosa que pareció. Tras volver a la cara del novillo, la faena se enfrió, y después de dejar dos pinchazos y una estocada algo defectuosa, le cortó una oreja.


Una vez acabada la novillada propiamente dicha, tuvo lugar la entrega de los premios del XXXI Ciclo de Novilladas, siendo los siguientes: cuarto premio para Isaac Galvín (18 puntos); tercer premio para David Gutiérrez (19,5 puntos); segundo premio para Manuel Quintana (20 puntos) y primer premio para Javier Torres Bombita (23 puntos).

Lo escribí ya en algún artículo, pero es una necesidad que alguien me explique cómo se puntúa una faena como si de un examen tipo test se tratara, ya que no me entra en la cabeza - y las bases del Circuito son inaccesibles, cosa que tampoco entiendo - que entre el primer premio y el segundo haya tres puntos de diferencia, mientras que entre el segundo y el tercero haya apenas medio punto.


FICHA DEL FESTEJO.

Plaza de Toros de Villacarrillo. Final del XXXI Ciclo de Novilladas S/P de Andalucía. Plaza prácticamente llena hasta la bandera.


Novillos de Apolinar Soriano muy bien presentados y, en general, de buena condición, superior el 4º, merecedor de la vuelta al ruedo.


Manuel Quintana, de blanco y plata: dos orejas y dos orejas.


Isaac Galvín, de tabaco y oro: dos orejas tras aviso y oreja.


Javier Torres Bombita, de purísima y oro: dos orejas y dos orejas.


David Gutiérrez, de verde botella y oro: oreja tras aviso y oreja.


Incidencias: se guardó un minuto de silencio en memoria de D. Apolinar Soriano.

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