Hoy podría hablarles de varios artículos del Reglamento Taurino de Andalucía que se incumplieron en Villacarrillo; podría hablarles de cómo a absolutamente nadie le sorprendió el resultado final del Circuito de Novilladas, pues el ganador se sabía desde que se presentó el mismo allá por mayo; o de cómo prácticamente toda la plaza de la localidad jienense lanzó toda clase de calificativos y gritos de “dimisión” , “corrupto” o “sinvergüenza” al director de la Asociación de Escuelas Taurinas de Andalucía. Ah, y también podría hablarles de cómo, a las afueras de la plaza, una muchedumbre gritaba “Lolo Quintana” ante los ojos de quien ha ganado el Circuito. Les podría hablar de todo eso y relatárselo con todo lujo de detalles, pero como si lo hago, se me va a olvidar hacer la crónica propiamente dicha de la novillada, voy a limitarme a relatarles - o al menos a intentarlo - cómo fue la consagración de Manuel Quintana (cuatro orejas) como figurón del escalafón de novilleros, en una tarde en ...